martes, 1 de noviembre de 2011

cronica

Situación de desplazamiento se convierte en oportunidad
Cielo una mujer afrodescendiente que vivía en un barrio pobre de Quibdó, todos los días pensaba en que mas tragedias iban a ocurrir, No dormía tranquila, en medio de tanta violencia y tantas muertes que le había tocado vivir en varios desplazamientos. Su intranquilidad era permanente de solo imaginar que tendría otro desplazamiento forzado, no tenía ni idea de cómo sacar sus hijos adelante y cómo hacer para evitar tanta violencia que se vive en el choco en especial en la zona donde ellos estaban.
No dormía tranquila, en medio de tanta violencia y tantas muertes que le había tocado vivir en varios desplazamientos.
Un barrio que creció bastante en los últimos años por la llegada de miles de personas que huyen del conflicto armado en sus comunidades; en la inmensidad de los ríos que atraviesan la selva tropical, cielo cuenta que el barrio es muy pobre, las casas son de madera, lata y no hay servicios públicos.  En medio del calor inmenso y la humedad, la escasez de agua y saneamiento conducen constantes y muy serios problemas de salud en este entorno.   
Niños, mujeres en embarazo y bebes son los más afectados por la contaminación que hay en ese lugar, un ambiente en el que solo se viven tristezas a diario, desilusiones, miedos, muertes y violencias las peleas son constantes entre los niños, el calor y la incomodidad no los deja vivir, madres desesperadas por tanta maldad y violencia que se vive alrededor de sus casas.
Una noche Mientras dormían sintieron disparos al lado de su casa, sus hijos y Cielo miraron  por la ventana y vieron  las calles llenas de sangre, había muertos y muchos heridos, llena de angustia, temor y miedo, solo piensa en defender y proteger a sus hijos.
Después de tantos disparos, se sienta al lado de sus hijos que son su mayor tesoro  con llanto y dolor les da un fuerte abrazo, se tapa su rostro y no pude controlar sus lágrimas su sufrimiento era inmenso ella no quería más violencia, ni que sus hijos vivieran lo que ella ha vivido desde pequeña. No podía irse de allí, porque le daba miedo de que le quitaran sus hijos y su humilde casa.
-mis hijos son mi mayor tesoro, no los puedo dejar abandonados por que yo los necesito a ellos y ellos necesitan de mi.
Mi madre murió cuando yo tenía 7 años,  vivió los últimos días con un cáncer de esófago en una vereda, no habían médicos, es por esto que no puedo dejar a mis hijos a la suerte. Hemos sufrido demasiado, hemos dormido en la calle, porque siempre nos sacan los guerrilleros de nuestras tierras. 
Cielo tiene seis hijos, tuvo un esposo quien murió en 1996, en pleno desplazamiento forzado en el municipio del choco,  el mismo que presentía Cielo que iba a pasar en este momento. Cuando escucho los tiroteos inmediatamente se vino a su mente que tenía que abandonar otra vez sus tierras.
. Al día siguiente los guerrilleros los echaron a patadas de su casa, no podía mas con tanto  dolor y no fueron solo ellos sino más familias las que fueron desplazadas por la violencia, les hicieron recoger  todas sus cosas caminaron y caminaron por más de 4 horas seguidas, el agotamiento era inmenso, los niños lloraban y las madres en medio de la desesperación deciden pasar la noche en un monte.
Todo era oscuro y muy frio,  pasaron la noche en ese lugar y al amanecer deciden retomar el camino, llegan a una carretera  después de 3 horas más de camino y un camión para, y decide llevarlos.
-       Fue  un hombre trigueño de contextura gruesa quien nos  ayuda llevándonos hasta la ciudad de Medellín a buscar mejor suerte y posibilidades de vida.
 Cielo no sabía qué hacer cuando llegara a Medellín, ella buscaba trabajo y nunca le daban. Pensaba que se le habían cerrado las puertas también en la ciudad,  Ella decide destapar sus ahorros  y decide comprar productos para vender en la calle como chiclets, mentas y toda clase de dulces; después decide alquilar un cuarto para vivir con sus 6 hijos donde le cobraban 10.000 pesos el día, al día siguiente cielo decide salir al centro de la ciudad a vender dulces con sus hijos y decide poner una mesa en todo el parque Berrio.
 El primer día le fue muy bien, vendió 20.000 pesos, pero al segundo día algo inesperado paso, ve acercase a unos señores, los cuales le gritan “RECOJA, RECOJA” sintió un vacío gigante, cuando le estaban quitando lo único con lo que estaba sobreviviendo.
Cielo se invade de temor, cuando le quitan lo que hasta ahora ha sido el sustento de su familia, en ese momento cuando estaba llena de lágrimas se le acerca un joven de espacio público, y le dice que valla a las torres de Bombona a la Subsecretaria en donde le dan el permiso.
Inmediatamente ella se va para las torres de Bombona, ella dice que es desplazada por la violencia y que tiene seis hijos, por lo cual le dan el permiso algo que ella nunca imagino que fuera tan fácil de conseguir.
Una mujer “echada pa lante” que tiene un gran empuje con tal de sacar sus hijos adelante, cielo ya tiene  su permiso y trabaja todos los días en el parque berrio atrás de la estación.
Una familia afrodescendiente que sufrió y vivió en carne propia un escalofriante  desplazamiento forzoso por culpa de la guerrilla.
Cielo Sepúlveda ya no es una desplazada sino una vendedora que se encuentra detrás de la estación del parque berrio, en donde trabaja todos los días  para darles un mejor futuro a sus hijos, es una mujer de cabello  negro, afrodescendiente y de contextura gruesa; ella no tiene la  necesidad de gritar ni de promocionar sus productos, las personas solo al ver el modulo lleno de dulces, mecato y cigarrillos, se acercan con un ¿Cuánto vale?, su mayor alegría y preocupación son sus hijos.
Cielo ya lleva trabajando 3 años en el parque berrio en donde le va muy bien, ya tiene su propia casa en enciso y su hija la mayor   tiene 17 quien estudia en Esumer diseño grafico, una mujer migrante que encuentra mejores posibilidades de vida y un mejor futuro en la ciudad.
Esta mujer baja desde su barrio Enciso hasta su lugar de trabajo, donde tiene su permiso laboral, cielo tiene este permiso, y un carnet que mantiene siempre colgado en el cuello y se renueva en espacio público.
Cielo hace parte de los 8,925 vendedores informales que están regulados por la subsecretaria de espacio público.
Estoy muy orgullosa de mi hija pues ella siempre ha sido muy buena estudiante y no le importa mi trabajo ni mucho menos de dónde venimos.
Una mujer verraca que tuvo valentía para sacar a sus seis hijos adelante sin dejarlos sin estudio, ahora es una familia que tienen mejores posibilidades y un mejor futuro.
Esta mujer, madre de seis niños le apuesta al trabajo digno para sostener a sus hijos, dejando atrás y en el olvido lo que ocurrió hace 4 años en el choco. Y viviendo el presente que hoy en día para ella es lo mejor que le ha podido pasar en la vida.








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